Técnica deportiva en el ciclismo
La técnica deportiva es el procedimiento racional, es decir adecuado y económico para la obtención de un resultado deportivo (Meinel, 1979). La técnica es uno de los factores que más determina el rendimiento deportivo. Abarca toda una serie de procedimientos encaminados a solucionar tareas motrices de la manera más funcional y económica posible.
Si atendemos a las definiciones de técnica deportiva realizadas por diversos autores expertos en la materia (Ozolín, Grosser, Harre, Welford, etc.) se observa la estrecha relación de la misma con el concepto de economía de esfuerzo. Cuando hablamos de economía en el deporte nos referimos a la realización de actividades con el máximo rendimiento y mínimo coste energético. A este respecto, Bompa en 1983 define técnica como la manera de ejecutar un ejercicio físico, cuanto más perfecta es la técnica menos energía es necesaria para conseguir el resultado.
Influencia de la aerodinámica en la técnica ciclista
El ciclismo es un deporte de resistencia con carácter cíclico, por ello el objetivo técnico fundamental es la búsqueda de la máxima economía en los movimientos, que traducido a la jerga ciclista sería “andar más con menos esfuerzo”. Una de las mayores dificultades que experimentamos cuando montamos en bicicleta y que otorga aún más importancia a la técnica es la resistencia aerodinámica.
Podemos definir la resistencia aerodinámica como el conjunto de fuerzas que se oponen al movimiento de un cuerpo en el espacio. En el ciclismo, donde se obtiene una gran velocidad de desplazamiento es fundamental minimizar su efecto para facilitar el avance de la bicicleta. Cuando montamos en bicicleta, comprobamos que es fácil pedalear a un ritmo suave pero a medida que ganamos velocidad cada vez nos cuesta más esfuerzo mantenerla.
Aerodinámica de la bicicleta y la vestimenta ciclista
Centrándonos en la aerodinámica de la bicicleta, Álvarez (1995) explica que el cuadro debe presentar la mínima resistencia aerodinámica pero a la vez ser resistente y rígido para evitar deformaciones. Así, cuando el cuadro tiene los tubos cilíndricos presenta un 10% más de resistencia al viento que los cuadros con tubos en forma de gota (Burke, 1995).
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